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Design
Santa Cruz
2012
El emplazamiento del Aeropuerto El Calafate generó una importante afluencia turística que se ha ido incrementando paulatinamente. En la actualidad se atienden hasta 14 vuelos diarios, lo que origina la saturación de los espacios y servicios disponibles. A efecto de cubrir las necesidades operativas se habilito una calle de rodaje adicional y se ampliaron sus plataformas operativas.
La ampliación consistió, fundamentalmente, en la extensión del edificio hacia los dos laterales, en forma paralela a la plataforma de aviación. De esta manera se genero un nuevo sector de Salidas ampliando fuertemente los mostradores de check-in. Y un nuevo sector de Arribos, con nuevas y más grandes cintas para equipajes.
Se ha buscado una síntesis entre las necesidades propias de una aerostación moderna y la de un edificio integrado a la rústica majestuosidad de la Patagonia. Hay por lo tanto una intención de contrastar modernos materiales, como las grandes fachadas vidriadas, con los rústicos muros de piedra local y estructuras metálicas.
El edificio se alinea paralelamente a la pista, con fachadas abiertas hacia la misma, al lago y a las montañas, mientras que presenta frentes cerrados por gruesos muros en mampostería recubiertos en piedra, perpendiculares a los fuertes vientos dominantes.
Con respecto a las fachadas, el requisito fundamental era mantener la estética de lo existente pero mejorar sus prestaciones.
Para esto trabajamos en conjunto con el departamento técnico de Hydro Aluminio Argentina y se desarrollo un perfil customizado tomando como base la línea Frente Vidriado para poder complementar accesorios, burletes u otros perfiles ya desarrollados, como puede ser la tapa horizontal que predomina desde el exterior.
Se realizo la ingeniería y el desarrollo de la matriz en tiempo record, pudiendo contar con materiales en obra en un plazo de 90 días, pintados en su propia planta y logrando un color similar al existente, a pesar del desgaste por los efectos del sol que estos presentaban.
El montaje tuvo varias dificultades, primero las condiciones climáticas como las lluvias intermitentes y luego el diseño inclinado de las fachadas, que nos llevo a idear unas plataformas especiales para izar los cristales y nuestros colocadores hasta el lugar del emplazamiento sin que corran riegos.
Estudio: Arquitecto Carlos Ott